lunes, 29 de enero de 2007


Mírame… Me ves caer?
Mírame… Llegas a ver lo patética que puedo ser?
Siénteme… Puedes sentirme al morir?
Siénteme… Ves a esa niña ingenua que sigue esperándote aquí?


Dando un paso hacía delante, desligándome de una figura invisible. Volteo hacía atrás, eres la sombra que me sigue a cualquier lugar.
Clavas un cuchillo en mi piel, clavas tu dolor en mis venas, sin ni siquiera vendar esa cicatriz. Lágrimas de sangre, lágrimas de amor, lágrimas de engaño, lágrimas de obstinación.
La persona perfecta para hacerme sufrir, te quiero lejos, solo que no deseas partir. Tu recuerdo me atormenta, tu mente de mi se apodera. Memorias perdidas jugando con mi dolor, verdades sometidas crucificando mi amor.
Jugando a las escondidas en aquel rincón, el deseo de desaparecer, y que no puedas encontrarme… Tu presencia se ata mucho más fuerte a mi, tu esencia se mezcla con mi perfume al salir. De a poco me desvanezco y de a pedacitos me vuelves a armar, secando mis lágrimas para volver a llorar.
No puedo ver tu rostro, pero te puedo sentir, a través del cristal, a través del reflejo de una verdad. Rondas por mi habitación, en las frías noches de invierno. Atormentando mi mente, confundiendo mis recuerdos… Y vuelvo a ver, tu muerte vuelvo a ver, vuelvo a sentir, tu dolor antes de morir. Y vuelvo a reprimir, el dolor de dejarte ir. Vuelvo a reprimir… Las lágrimas que derrame al verte partir. Lejos de aquí, un trueque entre la mentira y la verdad. Y ya no puedo escapar… El frío se asoma por mi ventana, estas llegando ya. No puedo evitarlo… no puedo llorar, no puedo reír. En una necesitad te volviste a convertir.

domingo, 28 de enero de 2007

• Sick For Your Lies •


Entre mis dedos se escurren, las gotas de sangre, el único rastro de una verdad. El desenlace de un homicidio. Sin una pista por donde empezar.
Caes de a poco al suelo, debilitado tras acuchilladas de una navaja que llevaba en aquel llavero. Como último recuerdo de aquella velada, el ruido de la lluvia al caer… Cada gota penetrando en aquella fría habitación, por la ventana, tu único escape y no pudiste huir… Te quedaste inmóvil al verme ahí. Cerraste tus ojos contando hasta mil, 999 y ya te dejaste morir. Caes inmóvil, arrastrándote hacía al manubrio de la puerta, atinas a abrir, miras hacía atrás. Mi sonrisa al ver que morirás, recuérdame así… Como una persona feliz, sin una lágrima más que podré derramar por ti.
Enferma, fue la última palabra que pudiste pronunciar. Mientras mis labios cruzaban con los tuyos, y tu no podías escapar. Enferma, es la palabra que hasta hoy, resuena en mi, como una tentación, como una salvación, como mi única recuperación.
Te vuelvo a recordar, como aquel ser egocéntrico, que siempre deseaba más. Y su último deseo, fue vivir un día más. Sabiendo que en menos de un minuto, ya no tendría nada porque estar. Huellas de sangre quedaron marcadas en su habitación, cada persona que se interrogaba… Un secreto muy oculto, un secreto que llevaba la verdad.
Te maté, solo para verte morir. Te maté porque si.