Mírame… Me ves caer?
Mírame… Llegas a ver lo patética que puedo ser?
Siénteme… Puedes sentirme al morir?
Siénteme… Ves a esa niña ingenua que sigue esperándote aquí?
Dando un paso hacía delante, desligándome de una figura invisible. Volteo hacía atrás, eres la sombra que me sigue a cualquier lugar.
Clavas un cuchillo en mi piel, clavas tu dolor en mis venas, sin ni siquiera vendar esa cicatriz. Lágrimas de sangre, lágrimas de amor, lágrimas de engaño, lágrimas de obstinación.
La persona perfecta para hacerme sufrir, te quiero lejos, solo que no deseas partir. Tu recuerdo me atormenta, tu mente de mi se apodera. Memorias perdidas jugando con mi dolor, verdades sometidas crucificando mi amor.
Jugando a las escondidas en aquel rincón, el deseo de desaparecer, y que no puedas encontrarme… Tu presencia se ata mucho más fuerte a mi, tu esencia se mezcla con mi perfume al salir. De a poco me desvanezco y de a pedacitos me vuelves a armar, secando mis lágrimas para volver a llorar.
No puedo ver tu rostro, pero te puedo sentir, a través del cristal, a través del reflejo de una verdad. Rondas por mi habitación, en las frías noches de invierno. Atormentando mi mente, confundiendo mis recuerdos… Y vuelvo a ver, tu muerte vuelvo a ver, vuelvo a sentir, tu dolor antes de morir. Y vuelvo a reprimir, el dolor de dejarte ir. Vuelvo a reprimir… Las lágrimas que derrame al verte partir. Lejos de aquí, un trueque entre la mentira y la verdad. Y ya no puedo escapar… El frío se asoma por mi ventana, estas llegando ya. No puedo evitarlo… no puedo llorar, no puedo reír. En una necesitad te volviste a convertir.
Mírame… Llegas a ver lo patética que puedo ser?
Siénteme… Puedes sentirme al morir?
Siénteme… Ves a esa niña ingenua que sigue esperándote aquí?
Dando un paso hacía delante, desligándome de una figura invisible. Volteo hacía atrás, eres la sombra que me sigue a cualquier lugar.
Clavas un cuchillo en mi piel, clavas tu dolor en mis venas, sin ni siquiera vendar esa cicatriz. Lágrimas de sangre, lágrimas de amor, lágrimas de engaño, lágrimas de obstinación.
La persona perfecta para hacerme sufrir, te quiero lejos, solo que no deseas partir. Tu recuerdo me atormenta, tu mente de mi se apodera. Memorias perdidas jugando con mi dolor, verdades sometidas crucificando mi amor.
Jugando a las escondidas en aquel rincón, el deseo de desaparecer, y que no puedas encontrarme… Tu presencia se ata mucho más fuerte a mi, tu esencia se mezcla con mi perfume al salir. De a poco me desvanezco y de a pedacitos me vuelves a armar, secando mis lágrimas para volver a llorar.
No puedo ver tu rostro, pero te puedo sentir, a través del cristal, a través del reflejo de una verdad. Rondas por mi habitación, en las frías noches de invierno. Atormentando mi mente, confundiendo mis recuerdos… Y vuelvo a ver, tu muerte vuelvo a ver, vuelvo a sentir, tu dolor antes de morir. Y vuelvo a reprimir, el dolor de dejarte ir. Vuelvo a reprimir… Las lágrimas que derrame al verte partir. Lejos de aquí, un trueque entre la mentira y la verdad. Y ya no puedo escapar… El frío se asoma por mi ventana, estas llegando ya. No puedo evitarlo… no puedo llorar, no puedo reír. En una necesitad te volviste a convertir.